Diseñadora de vestidos de novia
Begoña Peñamaría
El Mundo Encantado de Begoña Peñamaría, Diseñadora: “Creando Sueños en Vestidos de Novia”
Acompáñanos en el emocionante viaje por el mundo del diseño nupcial. Descubre la historia y la pasión de Begoña Peñamaría, quien crea vestidos de novia que capturan la esencia del amor y la belleza.
«Comencé en el mundo del diseño de vestidos de novia tras cursar los estudios de Estilismo, Diseño y Coordinación de empresas de moda. Mi familia venía del sector textil y, juntos, montamos un pequeño taller con tienda en la que se vendían (y se venden) a medida los modelos creados por mí y confeccionados por mi empresa. En realidad, me decidí por hacer vestidos de novia e invitadas porque, en el año 1995, los vestidos que ofrecía el mercado, en líneas generales, eran realmente anticuados y aparatosos.»
Las tendencias actuales están muy basadas en el minimalismo: líneas puras y limpias, trajes con movimientos y piezas desmontables. Me gusta el satén, los crepés de seda, las gasas fluidas y, en según qué modelos, la organza por la transparencia y la rigidez que puede llegar a adoptar. He diseñado vestidos para novias de toda clase y condición.
Treinta años dan para eso y para mucho más. Ha pasado de todo por aquí, pero recuerdo una vez en la que la novia estaba entusiasmada con su elección. Todas sus acompañantes, menos una de ellas (a la que yo suelo llamar la “directora de moda” o la “más entendida”), echaron atrás su vestido y ella acabó por no decidirse. A los pocos meses, la “estilista” apareció por la puerta. Iba a casarse. Venía sola. Quería probarse el vestido que le había “matado” a su amiga.
Tengo entre manos fortalecer las colecciones de invitadas (incluyendo madrinas y madres de novia) y sacar otra de novia que contenga modelos más informales para bodas más pequeñas, segundas nupcias, prebodas, segundos vestidos, etc. Y, quizá, si tengo tiempo, vea la luz alguna línea nueva que no tenga que ver con la novia ni con la invitada.
El futuro del diseño de novia, a pesar del intrusismo profesional que estamos viviendo (por supuesto, todo el mundo tiene derecho a empezar, pero hay ciertos establecimientos que tratan de vender a precios muy elevados unos vestidos cuya confección deja mucho que desear), lo veo positivo para los que ofrecemos artesanía, calidad, experiencia, seriedad, elegancia, atemporalidad, proceso de guía y empatía. Creo que siempre habrá mujeres que huyan de lo ya conocido o de un vestido en serie para un día tan especial. Buscan sorprender y ser ellas mismas, por ello, no quieren prêt-à-porter, sino alta costura.
Por otra parte, como ya te comenté anteriormente, la tendencia también abre un camino nuevo hacia celebraciones menores en las que sus protagonistas no quieren arriesgarse a coincidir con alguien vestido igual.
El aspecto principal a la hora de diseñar un vestido de novia radica, sobre todo, en el conocimiento de las tendencias y en saber aplicarlas sin perder el estilo de la marca, así como en un pleno conocimiento de las necesidades de mis clientas y de sus configuraciones físicas. En el taller, primero se prueba una toille o molde con todas las variaciones que se hayan hecho a los diseños que tengo expuestos. Esto es una garantía para ambas partes. Después, hay dos pruebas más en tejido en las que se termina de matizar todo hasta que el resultado es perfecto.
Muchas gracias Begoña por tu colaboración en este reportaje. Te deseamos muchos éxitos y logros.