OLGA RUIZ

Desde sus inicios, los alumnos de «Baby Study» se examinaban curso por curso en Madrid, presentándose «por libre», ya que el estudio estaba autorizado por las autoridades madrileñas para impartir la formación necesaria. Durante esos primeros años, el último curso siempre se realizaba en Madrid, mientras que el resto de los exámenes se celebraban en el propio estudio.

Con la llegada de la LOGSE y los cambios en el sistema educativo, «Baby Study» se integró en las categorías de Grado Elemental y Grado Profesional, ya con la autorización plena de la Xunta de Galicia. Gracias a la formación de un equipo de seis profesores titulados, los alumnos podían examinarse de ambos grados dentro del propio «Baby Study», consolidando aún más el prestigio y la autonomía de la academia.

La pasión de Baby era contagiosa, y su carisma y exigencia hicieron del estudio un lugar en el que se respiraba arte y disciplina. «Baby Study» pronto se convirtió en una cuna de talentos, de donde surgieron numerosos bailarines que encontraron en la danza su vocación de vida. Muchos de estos artistas continuaron brillando más allá de las fronteras de Galicia, llevando consigo las enseñanzas y el espíritu de Baby.

La influencia de Baby Ruiz y su querido «Baby Study» sigue viva en la memoria de la comunidad artística de A Coruña. Su impacto es eterno, y su nombre, sinónimo de dedicación y amor por la danza, continúa siendo una referencia luminosa para todos aquellos que sueñan con expresarse a través del ballet.

A lo largo de los años, muchas de las alumnas de Baby alcanzaron un reconocimiento notable, tanto en el ámbito nacional como internacional. Entre las más destacadas se encuentran:

• Bárbara Piñeiro
• Lucía Pérez
• Nuria García
• Mar Calvo
• Asun Raso
• Beatriz Árean

Cada una de ellas, y muchas otras, llevan consigo el espíritu de superación y el amor por la danza que Baby Ruiz les inculcó. Sus logros en el mundo de la danza son un reflejo vivo de «Baby Study», que sigue resonando en cada paso, cada pirueta y cada actuación, manteniendo viva la pasión y el talento que nacieron en aquel especial rincón de A Coruña.

TESTIMONIOS:

ESCRITO POR LUCÍA PÉREZ:
Baby es una de las mujeres referentes en mi vida, gracias a ella aprendí una profesión que me apasiona, y que se ha convertido en una forma de vida.
Como
Maestra nos enseñó a amar la danza con rigor, disciplina y muy buen humor!
Una herencia y, a la vez, un regalo que intento ofrecer con el mismo cariño y cuidado a mis alumn@s.
Desde que la conozco, hace ya 35 años, es incansable su lucha por que la danza ocupe un lugar respetable en nuestra sociedad, siempre defendiéndola y posicionándola como referente en las artes escénicas.
Un lujo conocerla y seguir aprendiendo de ella!
Lucía.

ESCRITO POR NURIA GARCÍA:
La profe de ballet…… No sé si ella lo sabe pero siempre me impuso. Mira que fueron años los que pasé a su lado (nos conocimos cuando yo tenía 6) pero una mirada suya bastaba para saber lo que tenías que hacer. Su lenguaje corporal también la delataba, sabías que la cosa iba mal cuando su cuello se alargaba y  bloqueaba…..se quedaba literalmente petrificada conteniendo el aire en un suspiro, me consta que le hicimos pasar algún «papelón» en alguna que otra actuación y exámen de manera que era su forma de decirnos » la estamos cagando chicas….». En su caso no hacían falta las palabras, la danza siempre fue nuestro lenguaje porque Baby transmitía su pasión a través de la enseñanza de una manera única y especial y eso nos enganchó a toda una generación. Viajes a Madrid para presentarnos a los exámenes libres (creo que jamás he pasado más nervios 🙂), cursillos intensivos de verano con maestros que jamás hubiéramos imaginado en un Coruña de los años 70-80…  lo puso todo a nuestro alcance para enamorarnos de esta profesión y lo consiguió. Lo suyo era vocación. 
 
 No recuerdo ningún festival de fin de curso ni actuación que dejara indiferente al público porque ella, era obvio, fue siempre una adelantada a su época. Lo digo con conocimiento de causa pues hace ya más de 40 año nos ponía visionados de ballet y entiendo que eran cintas difíciles de encontrar en aquel momento pero ella las tenía. Nos mostraba lo último en coreografías, músicas,etc…. tener acceso a este material era un sueño. Se ocupó y preocupó de educarnos a nivel artístico y eso fue un regalo porque al estudio no íbamos solo a tomar clase, aquello era mucho más, celebrábamos cumpleaños, fiestas de Carnaval, era una forma de vida. 
Con ella aprendí lo que es el sacrificio, la disciplina, el esfuerzo, el compañerismo, …fueron horas y horas de ensayos interminables, de fines de semana agotadores y vuelta a empezar el lunes compaginándolo todo con estudios y en muchos casos, como el mío, además dando también clases de ballet. 
Los años en Baby´Study fueron mágicos y guardo en mi retina muchos de los momentos compartidos con mis amigas, compañeras, bailarinas que ahora al recordar vuelvo a revivir y siento de nuevo esa «emoción» en el pecho de una época que aunque sé que no volverá, me marcó y me hizo disfrutar y vibrar de una forma muy especial con la danza.  
Baby, mi maestra, te estaré siempre eternamente AGRADECIDA.
Nuria.