NITO DA VILA
Casi todo lo que disfruto ocurre dentro de mi taller, donde pinto y esculpo (cada vez menos), o dibujo y escribo (cada vez más), y donde también vivo. Fuera de mi taller, a veces ocurren cosas incómodas, como exponer, que apenas realizo y nunca me apetece. En el pasado, colaboré con una galería de Madrid que también exhibió mis cuadros en Barcelona y Milán. Desde niño he dibujado, y empecé a pintar cerca de los treinta años. En cuanto a la escultura, apenas llevo una década. Escribir, al igual que leer, es algo que siempre he hecho, sin intención de publicar, simplemente como diversión, hasta que un amigo leyó uno de mis textos y habló con un editor que decidió lanzarlo.
Hablar de «mi libro» y firmar ejemplares era algo que no había previsto cuando acepté que fuese editado, y tampoco disfruté mucho de las presentaciones de «El gato del Hudson».
Prefiero trabajar siempre con modelos presentes, con la realidad, ya sean personas o cosas. Hasta el momento, he retratado casi un centenar de personas, la mayoría al óleo, pero también algunas en escultura (talla en madera). El resto de mi trabajo consiste en desnudos para los cuales posaron mis amigos y amigas, y una buena cantidad de bodegones y naturalezas muertas, que también considero como retratos de lo representado.