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Gosia Trebacz
Introducción
A lo largo de mi vida profesional, he intentado describir con imágenes las circunstancias y sensaciones marcadas por el tiempo en mi interior. La continua necesidad de construir esta particular biografía me ha traído a un momento de mi vida especialmente perceptivo.
Me he dado cuenta de que con mi trabajo, además de aprender de mí misma, de expresar lo que siento y narrar mis propias vivencias, me produce un enorme placer. Me siento muy afortunada.
Crear, esa experiencia gratificantemente masoquista, teñida de ego y locura, en la que la redención es el precio y la penitencia el objetivo.
– Gosia Trebacz
Gosia Trebacz: Arte y Memoria
Gosia Trebacz ha hecho de Galicia su hogar durante años, desarrollando su carrera artística en dos vertientes: presentando sus obras en diversas exposiciones y enseñando técnicas de pintura a otros. En su enfoque, la creación y la enseñanza están estrechamente ligadas.
Para comprender mejor su arte, es útil explorar sus orígenes. Gosia nació en Cracovia, una ciudad en la región polaca de Galitzia, conocida por su riqueza cultural y su tradición artística. Esta región, a menudo llamada Pequeña Polonia, ha enfrentado numerosos conflictos a lo largo de su historia, pero ha logrado mantener un legado artístico impresionante. Aquí se encuentran obras icónicas como La dama con armiño de Leonardo da Vinci y La gran ola de Kanagawa de Hokusai. Además, Cracovia ha sido cuna de importantes figuras literarias y artísticas como Witkacy, Schulz y Tadeusz Kantor.
La inclusión de papel, símbolos escritos y pigmentos en sus obras refleja un profundo conocimiento técnico y una imaginación que desafía las normas establecidas. Su estilo, que incluye gestos pictóricos, se relaciona con el informalismo y utiliza la superficie como un lienzo para grafitis y dripping. Las texturas son el resultado de una combinación de planificación e improvisación, donde el azar fomenta la creatividad.
La obra de Gosia Trebacz destaca por su habilidad para combinar forma, material y color de manera que abre nuevas vías de comunicación con el espectador. Es notable que, en un tiempo en que la pintura ha sido subestimada, Trebacz logre renovar y revitalizar esta forma de arte, incorporando elementos de la fotografía para crear una experiencia visual rica y multifacética.
Hubo un tiempo en que Gosia nos contó su mundo en los reflejos de agua de la ría del Burgo y conjuró a sus demonios domésticos colgando desnudos en las paredes de las galerías de la vanguardia en Madrid. Pintora, fotógrafa, videocreadora. En este momento su propuesta abstracta es una síntesis entre la Gosia del principio, la de la pincelada abierta y grande, llena de fuerza y rojos, y la Gosia futura, más en el azul y en el claroscuro del detalle por su forma de jugar con las imágenes.
Cada cuadro es una emoción, puede ser un grito, un vómito, una caricia. En sus últimas obras, todavía mantiene, como señas de identidad, sus rojos y azules. Ellos son también Gosia, como lo son sus letras, que rubrica en polaco o castellano, quizá en gallego, historias eternas. Como también está todavía la Gosia en el blanco y negro de sus cuadros arquitectónicos.
Para más información acerca de la artista, click aquí: Gosia Trebacz.
La memoria juega un papel crucial en nuestras vidas, siempre presente aunque silenciosa. Como dijo Borges, “somos nuestra memoria”. Gosia Trebacz, al enfrentarse a un lienzo o a un papel en blanco, es consciente de este legado, pero también se mantiene en sintonía con las corrientes del arte contemporáneo. Sus obras se desarrollan en un espacio que invita a la interacción, donde diversas técnicas como la pintura, la fotografía y el collage se entrelazan. Estos métodos amplían los límites del cuadro tradicional, ofreciendo múltiples interpretaciones. Analizar sus composiciones es como “desenmascarar a los actores de un drama”, según las palabras de Schulz.
